jueves, julio 28

Al rencor. Silvina Ocampo

No vengas, te conjuro, con tus piedras;
con tu vetusto horror con tu consejo;
con tu escudo brillante con tu espejo;
con tu verdor insólito de hiedras.

En aquel árbol la torcaza es mía;
no cubras con tus gritos su canción;
me conmueve, me llega al corazón,
repudia el mármol de tu mano fría.

Te reconozco siempre. No, no vengas.
Prometí no mirar tu aviesa cara
cada vez que lloré sola en tu avara
desolación. Y si de mí te vengas,

que épica sea al menos tu venganza
y no cobarde, oscura, impenitente,
agazapada en cada sombra ausente,
fingiendo que jamás hiere tu lanza.

Entre rosas, jazmines que envenenas,
¿por qué no te ultimé yo en mi otra vida?
Haz brotar sangre al menos de mi herida,
que estoy cansada de morir apenas.

martes, julio 26

Tiempos felices

Volveremos a la noche, a ser apellido olvidado, a ser uña, hueso y barro.
Nuestros puños y ceños, tan tomados por la ñ, se cercenaran ceñidos cuando nuestras pupilas irradien centenares de fuegos.
Deambularemos mendigando milagros por los bares, y habrá más de una nostalgia flagrante y enardecida, plácida de historias y de gente, de mundo y de cinturas, de ruidos que fueron voces, de silencios que hoy hablan, acompasados por la tenue esperanza de que existe el olvido. 

Cómo divertir a una piedra. Richard Shelton

Dele órdenes a las piedras en voz alta
o hábleles
a la izquierda del silencio
o cánteles una canción de amor en inglés
que no responderán
escriba una carta
confensando todos sus pecados
póngala bajo una piedra
déjela ahí tres meses
y cuando vuelva encontrará
una carta sin abrir y sin leer.
las piedras tienen un sentido de la dignidad
más grandes que los reyes
un sentido del honor
más fuerte que los amigos
las piedras se cumplen como profecías
son tendenciosas como la lluvia
y tienen un sentido del humor
demasiado sutil como para comprenderlo
lleva mucho tiempo divertir a una piedra
primero hay que capturar una
llevársela
aprisionarla con cemento en una pared
la piedra no se quejará
sólo queda esperar
Y años después de que usted se haya ido
debajo de otra piedra en la que
algún extraño habrá tallado su nombre
el cemento de la pared se romperá
y la piedra que usted capturó
caerá al suelo
divertida y libre
y volverá a su casa