martes, julio 26

Tiempos felices

Volveremos a la noche, a ser apellido olvidado, a ser uña, hueso y barro.
Nuestros puños y ceños, tan tomados por la ñ, se cercenaran ceñidos cuando nuestras pupilas irradien centenares de fuegos.
Deambularemos mendigando milagros por los bares, y habrá más de una nostalgia flagrante y enardecida, plácida de historias y de gente, de mundo y de cinturas, de ruidos que fueron voces, de silencios que hoy hablan, acompasados por la tenue esperanza de que existe el olvido. 

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