lunes, agosto 15

Fragmento (Mi vida sin Hailey- J.Tropper)

Si quieres demostrar tu amistad y tu apoyo, puedes hacer una cosa: dejarme en paz. No hables del tema directamente. Ya sé que piensas que elogiar a mi mujer o compartir un recuerdo entrañable podría calmar mi dolor, pero tienes que creerme cuando te digo que no lo hará. Si no puedes apartar la mirada, un simple saludo es lo único que puedo soportar en estos momentos. Si consideras que debes aludir forzosamente a mi tragedia, puedes asentir repetidamente con la cabeza mientras pones el gesto sombrío, los labios apretados y las cejas enarcadas, y yo lo dejaré pasar. Pero más allá de eso, limítate a los mínimos. Pregúntame la hora, y yo miraré el reloj. Invítame al cine, y diré que no; pero tú me habrás hecho una propuesta y habremos mantenido un sencillo intercambio que no me habrá hecho desear arrancarte la piel a tiras. Y quizá, con un número suficiente de esos sencillos intercambios, nada más que un contacto humano básico que no me exija nada, puede que empiece a ser capaz de mantener la mirada otra vez, de empezar a relacionarme con el mundo a mi propio ritmo. Y después, ¿quién sabe? Puede que un día me encuentres justo en el momento oportuno y acepte ir a ver una película contigo, porque eso me sacará de casa y sabré que, durante dos horas, no tendré que mantener una conversación. Después, cuando se acabe, podremos hablar sobre la película. No habrás conseguido mejorar nada ni me habrás ayudado a afrontar mi pérdida, pero cuanto antes renuncies a ese sueño, mejor para los dos. El proceso de curación es algo profundamente íntimo y, sinceramente, no eres bienvenido a formar parte de él. Pero me habrás concedido un breve permiso para salir de la oscura y lamentable prisión de mi mente, y ese regalo, precioso de por sí, es lo mejor que puedes esperar ofrecerme.
Y supongo que no hace falta que te diga que, si me llevas a ver una comedia romántica, te mataré de un tiro antes de apuntar el arma contra mí mismo.